¿Los perros pueden convivir con los gatos?
- doglovercaminantes
- 11 nov 2019
- 2 Min. de lectura
Los perros y gatos son animales sociables que pueden convivir en casa. Pero si no están acostumbrados a hacerlo desde cachorros necesitan un periodo de adaptación. Te explicamos algunas pautas para que la convivencia sea un éxito.

Se dice que los perros y gatos son enemigos naturales. Sin embargo, esto es más un mito que una realidad. Los investigadores de la Universidad de Lincoln (EE.UU.) lanzaron un estudio con el objetivo de conocer mejor cuáles son las claves de una buena convivencia entre canes y felinos. Con cada vez más casas donde las dos especies comparten espacios -el 21 % de los hogares europeos vive al menos con un perro y el 24 % con al menos un gato, según datos de la Federación Europea de Alimentos para Animales de Compañía. De hecho, canes y felinos pelean muy poco. Y mientras el 57 % de los encuestados admiten que su minino a tenido un comportamiento negativo hacia su compañero perruno, solo el 10 % de los felinos, y apenas el 1 % de los canes, han causado alguna vez daño físico al otro animal.
El comportamiento de ambas especies es muy dependiente de la forma en que estos han sido criados, por ello, debes tener en cuenta estas pautas:
Visita al veterinario: Antes de introducir cualquier animal, nos tenemos que asegurar de su estado de salud, por lo tanto una primera visita al veterinario nos indicará si son necesarias vacunaciones, desparasitaciones o algún tipo de prueba para descartar enfermedades víricas que podrían transmitirse.
Habilita una zona segura. Tiene que ser un espacio neutral para el nuevo miembro de la familia, dejando así la mayor parte de la casa para el animal que ya estuviera con anterioridad.
Evitar acercamientos peligrosos: Durante las primeras presentaciones, el perro debería ir siempre con correa. Abriremos la puerta de la zona neutral y dejaremos que los animales exploren el entorno y el uno al otro. Mantendremos una actitud calmada, la correa del perro sin tensiones y lo premiaremos siempre que veamos que actúa con calma.
Sin confrontación directa: Evitaremos cualquier tipo de conflicto directo, si el perro se pone nervioso ladra o gruñe, los separaremos con calma y sin decirle nada más. No debemos permitir que el gato se sienta nunca acorralado, ni hacer las presentaciones cogiéndolo en brazos, ya que en un momento de estrés o miedo podría arañarnos a nosotros.
Respeta sus ritmos: Las presentaciones irán al ritmo en que los animales lo requieran, a veces es cuestión de horas, a veces de semanas. Pero lo más importante es evitar situaciones de tensión.
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